Imagine la escena tan temida: usted está en pleno tratamiento para adelgazar, va a un cumpleaños y allí le ofrecen una deliciosa torta, la especialidad de la dueña de casa... ¿Cómo decir que no sin temor a ofender al otro o sentir vergüenza por lo que puedan pensar de usted?
Si usted tiene el no difícil, deténgase en las claves que siguen:
1. Actitud. No hay obligación de dejar satisfecha a la otra persona comiendo lo que le ofrece, ni de sentirse culpable en caso de rechazarla. El decir NO es su derecho y debe ser respetado. Se puede hacer perfectamente sin perder de vista la amabilidad. Pruébelo.
2. No use excusas para negarse. Al hacerlo está transmitiendo un mensaje de duda y titubeo que hará que la otra persona se vuelva insistente.
3. Utilice un tono cordial, pero firme. Si usted dice que no como si fuera un lamento o un sacrificio, puede ser interpretado como que está dudando. Si su interlocutor es una persona fuerte e insistente lo seguirá presionando hasta arrancarle un sí. Para evitarlo, es necesario que se mantenga firme, que su tono de voz y su expresión corporal acompañen la decisión que transmite con el “no, gracias”.
4. Mantenga la mirada en alto. En lugar de fijar los ojos en la comida, mire a quien se la ofrece. Se trata de una estrategia muy útil para dar un no más fácil y contundente.
5. Conserve la calma. No adopte una actitud sumisa ni agresiva. Todo lo contrario: la serenidad es la mejor forma de controlar la situación.
6. Evite estar pendiente de la comida que se sirve. Una forma efectiva consiste en disfrutar más del baile y de los amigos. Aléjese de la mesa y así pondrá distancia de la tentación.
7. El plan B. Si aún con las claves anteriores no se atreve a decir no o está cansado de repetir siempre la misma frase, acepte la comida que le ofrecen, colóquela en la mesa y déjela discretamente en el plato.
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